La leyenda del Dragón de Banyoles es una historia muy conocida de nuestro país y que hace referencia a una gran grieta situada cerca del lago, que, según la tradición popular bañolense, era la guarida de un dragón de garras arqueadas. Esta grieta era conocida como el Clot del Drac. Era una grieta del subsuelo por donde se escurrían las aguas desbordadas del lago de Banyoles. J. Gomis (1922) recoge una superstición desconocida sobre este escondite: «Es convicción arraigada en este pueblo que lo que entra en el hoyo le persigue la desgracia.» María Turró, la última carbonera de Banyoles, solía explicar que «el agua del estanque que saltaba a la Draga se fundía en el Clot del Drac».
No hay lugar a dudas que el agua que se colaba en aquella grieta originó una de las leyendas más conocidas de la comarca del Pla de l'Estany. Algunas versiones de la leyenda apuntan a que las aguas de la Puda de Banyoles, con su olor a huevos podridos tan característica, eran un recuerdo de la presencia de ese monstruo. La leyenda del Drac de Banyoles recuerda, tal como han apuntado varios folcloristas, como Pere Alsius o Lluís G. Constans, la leyenda de santa Marta, leyenda y devoción bien anterior a la de sant Mer, santo de la época carolingia. Según Joan Prat (1987): «La versión de la leyenda del Drac de Banyoles es muy influida por las variantes piadosas "puras ", tal y como se encuentran en el norte de los Pirineos.» La devoción a santa Marta en la comarca la encontramos representada en una figura de la arqueta de Sant Martirià. Para Alsius (Notas folch-lóricas), el dragón de Banyoles es «la representación del pecado, la corrupción de las costumbres, la depravación social de una comarca, es como el imperio del infierno sobre la tierra.» Camil Geis recoge en 1927 una versión muy interesante, en la que el héroe vence al monstruo con la ayuda de un escudo bruñido como un espejo. Varios autores han cogido la leyenda de este monstruo emblemático y han escrito sus peculiares variantes. Algunos hacen que sea vegetariano, que se amansa y se convierta en amigo fiel de sant Mer o que, incluso encuentre novia. El caso es que el dragón se ha convertido en un icono para numerosas entidades deportivas de la ciudad de Banyoles que lo han adoptado en sus escudos y emblemas. El Dragón de Banyoles, pues, mueve y moverá su cola durante muchos años.